Leyendo en el subte Made in China, de Federico Falco*, la percepción entusiasmada de que es un libro a contramano de la época. El subte frena de golpe un instante y sigue. Voy parada pero no me caigo; solo ahí veo, enfrente, sentado, un chico desgreñado que lee El discurso del método, en edición de bolsillo. No alcanzo a llegar a ninguna conclusión. *Ediciones recovecos.
4 comentarios:
Descartes era un degenerado. Mirale la cara: ese flequillo rollinga, el tegobi típico de child molester. En Meditaciones Metafísicas, que tiene el gran mérito de ser un tratado de filosofía escrito en primera persona, se va por las ramas hablando sobre la bata que tiene puesta, o que se acuesta desnudo. Fue el Sandro de la filosofía, el desgreñado lo sabía.
Agustín: Te obsesiona esa bata, admitilo.
Juan, quizás tengas razón y esto sólo es un asunto mío, un capricho. Pero en una de esas estoy tirando una punta para la reinterpretación del conjunto de la filosofía cartesiana, y por ende, del conjunto del pensamiento moderno. Ojaldre, así empezó Heidegger, el olvido del ser, la diferencia ontológica y todo eso. Yo digo: se olvidaron de la bata y el bigote, hay que hacer foco allí. Se trata de repensar la evolución espiritual moderna a partir de este punto arquimédico.
Un saludito para todos lo que me conocen.
Es así, Agustín, primero, no me extraña tener esta conversación con vos en este lugar; segundo, lo que decís me resulta fundamental: "Así empezó Heidegger...". Me quedo con esa. Devuelvanle la materialidad a la filososfía. Abrazo.
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