"Careta"

En el subte, por los auriculares, escucha Ricky Martin para darse ánimos antes de enfrentar una nueva jornada laboral.
Si viene alguien y se sienta al lado, baja el volumen para que el otro pasajero no sepa qué es lo que está escuchando.
Si viaja escuchando a otro cantautor no toma semejantes precauciones.

Tengo derecho a hablar con mi abogado

Llegó la citación firmada por el inspector de la comisaria.
En un rato salgo a hacer mi declaración.
Voy a negar todo.
Voy a pedir hablar con mis abogados.
Mejor: "Tengo derecho a hablar con mi abogado".
Voy a pedir que no me dejen adentro.
Voy a gritar Policía Federal la verguenza nacional.
Voy a decir:Gracias, oficial, muy amable.
Voy a repetir: "Señor Inspector" oración de por medio.
Voy a explicar: Yo no fui.
Voy a reconstruir los hechos con un discurso de precisas descripciones objetivistas.
Nada de decir la palabra "horror".
Y después otra vez gracias a usted, señor Inspector, señor oficial.
Me tomo el subte en Corrientes, seguro, y me voy a trabajar.
No tiro piedras ni maldigo al oficial ni al inspector ni a nadie de ese nosocomio. Un poco sí al que reconozco,el que dijo el día de los hechos: "uh, el cadaver está azul".
"Su humor no me gusta señor oficial. No tiene ni me causa nada de gracia".
En la cabeza una canción de Dos minutos. Nada más me acuerdo del coro. Igual la voy a cantar.

viva el pijama sabático



Es sábado y visto decadente: pantalon de pijama, bufanda roja, camperita tipo abuela de lana marrón, pantuflas prestadas y medias térmicas que me compré hace unos años para viajar a un lugar con nieve y siguen siendo mis preferidas.
Ayer o antes de ayer estuvieron Violeta y Hernán en la Plata hablando de lo que escriben y demás, vi un post pero no lo terminé de leer, ahora lo linkeo para leerlo más tarde, y digo eso todo seguido ultimamente si agarro libros no los termino de leer y a veces ni los empiezo, eu misma escribo cosas que no llego a leer y eso que paso en estos días más de una jornada laboral legal escribiendo.
La conclusión es obvia aunque por ahí no queda tan bien decirlo:

para escribir a veces hace falta no leer.

Ni tener vida social: hoy no voy a esta presentación aunque me gustaría:

Editorial Mansalva los invita a la presentación de la novela "La Boliviana" de Ricardo Strafacce, en el bar Varela-Varelita (esq. de Paraguay y Scalabrini Ortíz) este sábado 24 deMayo a las 19:00 hs. Presentarán el libro Mauro Libertella y Marcelo Damiani, y el autor leerá algunos pasajes de la obra. Habrá vino y muchas otras sorpresas. Los esperamos! Francisco Garamona

(igual el libro voy a comprarlo y voy a leerlo después)

Farc, Paramilitares,Campesinos y Soldados, son, para ella, todos iguales

(...)“Yo me sentía re bien en Colombia”. A pesar de vivir momentos tensionantes, la Hermana Helena cuenta sus anécdotas más tremendas con el mismo entusiasmo con el que habla de los nenes que cuidaba. “Una vuelta, estaba ayudando con la Comunión en la Parroquia y, de repente, me doy vuelta y siento una cosa fría acá (se señala el costado de una pierna). Resulta que había un soldado que había visto unos sospechosos en el fondo de la iglesia. Entonces se puso a custodiar. Yo no lo había visto. Y cuando me doy cuenta está al lado mío, lo miro al cura y me hace como una seña de que me quede tranquila. Al final era que me custodiaba a mí y a los que estaban dando la Comunión. Y uno vivía así. Qué se yo…en los micros no tanto, pero cuando veníamos en auto nos paraban. El ejército, “los Para” o los otros… a mí me tocó una vez bajarme con uno del auto. Era “Agrupación no se cuánto de Campesinos”. Iba subiendo a la Abadía y me pasé. No me di cuenta de que estaba el cartel. Empecé a desconocer y me crucé a uno muy vestido de paisano con un fusil enorme, me hizo señas y entonces me quedé ahí. Entonces yo seguí pero, claro, rara me sentí. Y entonces ‘Madre, Madre, ¿a dónde va?’. ‘Me voy a los Benedictinos’. ‘Uh, se pasó como media hora de camino, baje otra vez por donde subió y cuando encuentre el cartel azul, doble…’. Yo había visto el cartel azul pero no sabía. Y eso fue todo. Cuando vuelvo, bajo del auto y los padres me esperaban y el monje también, estaban muy afligidos porque había pasado la laude, la misa, todo. ‘¿Qué te pasó?’. ‘Es que seguí subiendo, Mario, me encontré con un paisano con un fusilazo…’. ‘Con ustedes no se meten, quedate tranquila’. Ella se quedó tranquila. Porque ellos ‘la verdad que con mucho respeto. Los soldados también’. Pero esa tranquilidad iba a durar poco, porque si con las religiosas se mantenía una convivencia pacífica y sin intromisiones, no pasaba lo mismo con los jóvenes del lugar. (...)
Carmelita Misionera Teresiana

una mañana de sol como esta

Y una mañana de sol dejás por un rato la compu para sacar la ropa del lavarropa y subirla a la terraza con este día lindo que hace, en una palanga amarilla entran todas las toallas húmedas, abrís la puerta del hall, salís, das un paso, te parás de golpe. En la escalera hay un hombre que reconocés, un hombre que parece bueno y es alegre que arregla algunas cosas de la casa tuya y de la vecina, lo ves tirado en la escalera boca abajo; no se mueve, no entendés qué pasa, la palangana al suelo, gritás, gritás su nombre y el de la vecina, ves que está lastimado, desde arriba se ven cosas y se adivinan otras, corrés, teléfono, ambulancia, por el fijo y el celular, 107 y 911
...
al revés contarlo todo como le dije a Molina cuando aparecio en la redacción y yo pálida, no le dije eso, dije no puedo hacer un relato con eso, ni un post, estoy bien, mis "afectos bien" pero no puedo contarlo bien todavía lo de este mediodía

hablar recien más tarde; a la tardecita, hermana y hermano y madre, chistes en el teléfono que despues de horas causan gracia, recuperar la mueca de sonreir en el subte de vuelta y todos dicen no deberias haber ido a trabajar.

tratar de comer y fin de noche como las viejas que me da culpa decirle viejas pero se le dice así que escuchan LU2 hasta dormirse para no pensar en eso.

No pensar en eso: en el subte de ida al trabajo querer sentirse no, sino ser Dios y tener un arca de soña y poner primero pensé a todos los que quiero, a los chicos y a los pares y a los ancianos queridos, después pensé en todos porque quien es uno no, para decir este que no venga. Querer ser Dios y haya vida y paz
ahora como las viejas ver Sex and the City madrugada y repetido para no pensar, fantasmas feos, fúchale, el mundo es un hogar.
Felices en sus casas como el sapo explorador en domingo, que espera la lluvia y mientras no llega igual la pasa bien porque nunca fue de leer las noticias ni los suplementos. En realidad nunca leyó nada.
Nosotros, por suerte, por desgracia, sí.
Hay prenseros que mandan mails que anuncian muestras, eventos o novedades editoriales los domingos. Si no es que lo hace un robotito automático, es que están en la misma que yo, trabajando un domingo de sol atrás de una compu, desde sus casas.

extenso mantra de viernes con forma de otra cosa

"Así como no nace el hombre que escape a su destino,
no debiera nacer el que no tenga una causa noble por
la cual luchar, justificando así su paso por la tierra"

"Hay libros de ensayos literarios, hay libros de crítica literaria, hay libros de talleres literarios que se llaman manuales. En los blogs también pasa algo más o menos así".
Me dicen que no es una obviedad pero yo no sé, algunos se confunden o les da igual.

un coment indignado y anonimo del blog de tamarisco

"Una verguenza la nota del NO.
Resulta que los que no están en los grandes grupos editoriales hacen "literatura al tun tun", y "más jóvenes que literatura". Si hay alguien que escribe al tun tun son los periodistas que sacan notas como si fueran choripanes.
¿De verdad creen que "el ignorante" es icónico? ¿de verdad creen que los ahi nombrados son "fundamentales" en la "movida literaria joven"?,
no me gusta el autobombo, hubiera preferido que La Creciente nunca hubiera sido nombrada en ese artículo, o que al menos se hubieran tomado el trabajo de hojear alguno de los libros, que no son artesanales, sino pequeños."

Un boludo del interior legitimado por la gilada."

Una nota en un suple de musica o cultura joven no es taan importante ¿no? (bah, ¿alguna lo es?) A pesar de que el comentador peque de actuar lo mismo que critica -se indigna porque quienes supuestamente "lo legitiman" son giles, qué fácil caer en la trampa retórica- hay algo de verdad en alguito de eso. Y tampoco es para culpar a los redactores de ese alguito de los males del mundín literario todo, creo, no parece haber nada de mala leche en la cita que hicieron del sello cordobés. No sé, tomarse tan en serio no siempre está tan bien y a veces incluso es perjudicial para la salú, no te estresés, digo otra vez, noche de sábado limado aún frente a la compu, afirmo como si fuera cierto, eu en mi ingenuidade.

apdeit:

Confieso: en realidad todo este post para poder decir y citar "Los periodistas sacan notas como choripanes".



me cuentan que

A Rambita le pasa que:
Se sienta, saluda, charla, primero saluda después charla y después de hablar de rumores infundados con respecto a la situación económica del país se da cuenta de que no habrá pasado ni media hora desde que está sentada ahí picando esa papas fritas medio húmedas y que ya otra vez casi sin querer está conspirando con carota de mal disimulada felicidad; por cuarta vez en el mismo día llega a más de una interesantísima conclusión.

Y a Rambona:
Leer sólo novedades no le sirve de mucho porque le cuesta leer de todas formas. Pero entonces toma las novedades editoriales que cree "legitimadas" por otros que considera tienen algo prestigioso en su apellido o su cuenta bancaria o su aparición en el medio tal y entonces se anima, toma envión y recomienda y enseguida, cuando escribe esta es la mejor novedad editorial del mes, se olvida del plagio mental encubierto, de la cobardía, del manual escolar de dónde sacó ese puñado de principios que, después de todo, me contradigo, le resultan útiles. Lo mismo valdría para los clásicos, claro.

Por mi parte oscilo en la visión de algunos cuadros que se quedan en la síntesis anticuestión gorila o no gorila y los otros que igual piensan porque pueden pensar desde la dualidad y creo que eso ya es mucho, tener una plataforma desde donde lanzarse a pensar otro país esta región otro lugar. Esas son las bondades de la militancia "digo yo en mi ingenuidad".
De libros y lectores y escritores y editores hoy prefiero no hablar.




Marcelo López escribe una reseña de La marca del milagro
de Damián Terrasa (Editorial Tamarisco, 2007) en un nuevo número de la revista NO RETORNABLE

“La función de la literatura no es corregir las distorsiones a menudo brutales de la historia inmediata ni producir sistemas compensatorios sino, muy por el contrario, asumir la experiencia del mundo en toda su complejidad, con sus indeterminaciones y sus oscuridades, y tratar de forjar, a partir de esa complejidad, formas que la atestigüen y la representen” decía Saer, en El concepto de ficción (1).

Por supuesto, comenzar con esta cita del santafesino, no quiere decir, de ningún modo, que la novela en cuestión –La marca del milagro-, tenga que ver, o incluso mantenga, algún tipo de filiación interna con la obra de aquel autor. Sin embargo, y sea o no homologable la poética de Damián Terrasa a la propuesta de Saer, hay algo en lo que ambas –la novela, la propuesta saeriana- se asemejan: en su función. La novela de Terrasa, como demandaba el santafesino, no intenta de ningún modo “corregir las distorsiones a menudo brutales de la historia inmediata”. Más aún, se apropia de ellas y las convierte en un factor clave de su material narrativo. Esas distorsiones, en realidad, lo que hacen es configurar una parte fundamental de su objeto y del mundo que, por acto reflejo, nos devuelve la novela. No faltan en esta ópera prima travestis, ni una candidata a presidente que intenta dar una imagen parecida a Evita, tampoco la problemática de la violencia social que el fútbol se encarga de hacer visible cada fin de semana (los aprietes a dirigentes, las corridas entre hinchas, etc).

Los sistemas de exclusión que la novela veladamente propone –me refiero al problema de la sexualidad, la violencia social- derivan, a otro nivel, en una exclusión más particular: la exclusión del sentido. Se promete, ya desde el título, un “milagro”. Y, ¿qué es lo que un milagro, en tanto tal, debe excluir? Precisamente eso, el sentido. Si la explicación tuviera un sentido lógico (una confirmación racional, digamos), entonces no sería un milagro propiamente dicho. No contaré de qué se trata ese milagro que se menciona ya desde un principio. Vale la pena leer la novela y despejar esa duda por motus propio.

Divertida, de una escritura muy ágil pero trabajada con un tratamiento formal poco convencional, la novela de Terrasa tensa los lugares comunes de la literatura para ubicarse, por momentos –son los menos, pero sí los más divertidos- en situaciones incómodas, como por ejemplo: narrar la travesía de una aceituna antes de ser deglutida por un personaje casi infrahumano o el punto de vista de una muñeca de plástico (literal) que ha sido tirada a una bolsa de basura.

También la locura es un modo de exclusión social y no falta en la novela. Denominamos, casi en una convención tácita, como “loco” o “anormal”, a todo aquello que no respeta una serie de parámetros dispuesto por una entidad superior jerárquicamente –el Estado, las diferentes ciencias, en este caso, la psicología-. La historia de la mujer que anhela casarse y ve potenciales maridos por todos lados, no deja de tener en sí misma una cierta dosis de cinismo que resulta divertido. Pero, a la vez que divierte y distiende, esa misma historia atraviesa la novela como metáfora de la sociedad. El corte, la separación cada vez menos clara entre lo que es “ficción” y lo que entendemos por “realidad”, es un modo de cuestionar el momento que nos toca vivir.

La marca del milagro, es una novela tan original que se da el gusto de hacer su crítica social más concreta y seria a través del monólogo interior de uno de los personajes más border: “todos juntos en el mismo tacho, a la espera de no se sabe qué, y con la angustia palpable de que ya no vale la distracción fácil de mirar hacia el costado, de drogarse con el invento de un futuro que nos hacen creer eterno, repleto de proyectos, hipotecas, planes, metas, cualquier cosa que pueda entretener pensamientos porque la conciencia de lo finito de nuestras existencias es demasiado pesada, abrumadora…” ¿Quién dice esto? ¡la muñeca!.

“Asumir la experiencia del mundo en toda su complejidad, con sus indeterminaciones y sus oscuridades” pedía Saer en la cita textual del principio. Damián Terrasa lo hace, a través de una forma que por momentos es compleja, pero que representa perfectamente esa zona de indeterminación que la realidad suele presentar. La apuesta del autor no es menor, y la lectura de esta divertida novela bien vale la pena.



a pedido de un fan envidioso; para los incrédulos, los escépticos y los descomprometidos.

Sobre la lista del super

"La importancia que tiene para nosotros Goethe adquiere su inmensurable valor por el hecho de que cada manifestación suya esconde para nosotros al Goethe entero. No disfrutamos con sus palabras sólo por su contenido inmediato, no limitamos su significado al sentido que tendrían como frase anónima; más bien las enriquecemos con todo lo que aporta y evoca la asociación de que esas palabras son precisamente la de Goethe. El burgués racionalista se mofa de la devoción emocionada que mostramos ante cualquier frase de Goethe: 'si un escritor sin nombre hubiera escrito lo mismo nadie hubiera hecho caso '. Es cierto. Pero en este caso, por mucho que las palabras fueran las mismas, no sería la misma frase ".
Cita fuera de contexto de George Simmel. Roma, Florencia, Venecia. Editorial Gedisa.
(una paquetería)

Sobreviviente (o "fuiste asamblea un verano")

en esa oportunidad

VI
la verdadera cara de Mirta Legrand

En Chacabuco al 100 el sol encriptado en una calle angosta y en Av de mayo el correspondiente corte de calle en este caso parcial por una manifestación que reclama por.
Mi escritorio fue y parece abandonado. Sobres viejos con invitaciones, la más linda convoca a la feria mas importante del mueble y la decoración, me imagino yendo y que me regalan una silla.
El primer día es de los mejores, o sea como todo lunes hay poca gente y el sonido ambiente es el de teclas de teclado de computadoras de escritorio productivas. La gente de El Observador y los de Cultura, paisaje templado sin policiales ni vedettes ni política candente; que la coyuntura no altere nuestra rutina es un valor o una falta.
Una redactora se me acerca y me dice que gané el premio perfil, pero hace un gesto y le digo que quizá sea envidia, claro, porque ella adivina o especula cosas; trampas, vanidades, celebrities que nunca fueron y quisieron ser, no tengo nada que ver con cualquier forma de mala intención; toda esta conversación es un breve divertimento de oficina.
No le creemos. No hay versión oficial.
Igual nos reímos porque nos resulta gracioso, porque estamos muy bien predispuestos para, como decía alguna canción insoportable, “volver a empezar”.
El subte en hora pico va lleno; los que no transpiramos porque sólo escribimos viajamos mejor aunque sea en la línea D.

Hoy

el grupo Alejandría es ahora tres en un libro de Anich, Scott y Burzi. A las 21 hs, en Bartolomeo, Bartolomé Mitre 1525