potencia de islas vacias y maquinas apagadas


La redacción vacía o casi, todos se fueron levantando, pequeños grupos frente al ascensor, sacos y camperas traidos de percheros, el sonido baja y las luces tubo no, cuando te quedabas en penitencia después de hora en la escuela era un poco así pero más solo, parecía de noche y vos terminando el deber, no se puede calcular ese tiempo entre los bancos vacíos, las leyendas astutas en la mesa no conspiran a favor, acá es de noche de veras y el esqueleto periodistico de noche no tiene moral, la potencia de islas vacías y máquinas apagadas, todo lo que podría ser, te despedís de la gente de seguridad, el subte anda lento y va lleno sin ánimos ni lugar para que alguien se atreva a leer, bajás del subte, pensás que llegaste a un cierre más y cuando vas a cruzar dobla un auto, hacés amague torpe de volver y de cruzar, el tipo pasa o sea que no te deja pasar pero al mismo tiempo hace un gesto hiperbólico pidiendote disculpas, y ahí se interrumpe la paz cuando decís si de verdad el libro ese era tan así, el recuerdo de la última frase escrita y si no pensaste y escribiste todo lo que leíste y escribiste hoy como una volcánica exageración de la rutina.

4 comentarios:

AEZ dijo...

Cuando (de)genera este tipo de textos, el periodismo se me hace más y más adorable.

pettinari dijo...

"No supe que estaba triste hasta que me pidieron que cantara"
dón dónde leí eso. necesito saber.
me falla la memoria.
(contestame acá)

Sonia dijo...

¡Qué bueno Aez! Gracias!
Pettinari: Es de un poema de Arnaldo Calveyra.
Saludos!

Anónimo dijo...

Me gusta como escribís. Qué buen post.
Saludos!