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Bajo el hábito de los estereotipos

Por Leandro Ferreras.

Reseña publicada el domingo pasado en la edición impresa del diario La Nueva Provincia.


Este libro de Sonia Budassi propone al lector un insólito ejercicio de voyeurismo: atisbar, por medio de testimonios de primera mano –a veces cándidos, a veces reticentes, siempre reveladores–, cómo viven, qué hacen y qué piensan las monjas de la Argentina en la actualidad. Sobre el tema puede especularse mucho pero se sabe muy poco, y no es el menor acierto de la autora contrastar explícitamente los rudimentarios estereotipos del imaginario colectivo –desde chistes verdes que ya conocía Bocaccio hasta delirantes productos televisivos como La extraña dama– con la experiencia concreta de la vida religiosa. "Estas crónicas –advierte Budassi– son apenas una pequeñísima muestra de la diversidad que hay detrás de las silenciosas mujeres invisibles, del estereotipo o del monstruo que imaginamos; un pequeño coro de contrastes, para escuchar a las que eligen, felices, algo distinto a lo que parece pedir, incentivar y sugerir la cultura de nuestra época".
Mujeres de Dios es en principio una serie de entrevistas a monjas pertenecientes a distintas congregaciones: una misionera que vivió en Colombia muy cerca de la guerrilla, una carmelita descalza enclaustrada en Constitución, la ex miembro de una orden cuyo fundador fue acusado de abuso sexual, religiosas posmodernas que escriben blogs y usan Facebook… Los testimonios son muy diversos y muestran que el fenómeno es complejo y refractario a las generalizaciones. Incluso dos monjas de la misma congregación y que de hecho trabajan en el mismo colegio responden a la convocatoria de la autora de maneras opuestas: cordial y verborrágica la más joven, parca y autoritaria la mayor. Todas, aun las más temerosas, aportan a su modo piezas de un rompecabezas que se sospecha insoluble desde el vamos: el de la vocación religiosa, de sus causas y sus consecuencias.
Decir de un libro de investigación que se lee como una novela es uno de los más socorridos lugares comunes de la crítica. Sin embargo, las monjas de estas crónicas son al mismo tiempo personajes novelescos, en el mejor sentido de la palabra. Esto se debe tanto a lo vívido de los testimonios –"Una risa –cuenta la hermana Francisca acerca de su experiencia junto a guerrilleros colombianos–, porque iban a rezar el rosario y después van a matar a todos. No es posible, nunca entendí eso"– como al buen ojo de la autora para captar y registrar detalles y gestos dramáticos: frases a medias, sonrisas nerviosas, silencios forzados. Como siempre ocurre en los buenos diálogos, lo que aquí se calla –y todas las entrevistas de este libro son de antemano callejones sin salida– no es menos relevante que lo que se dice.
Otro aspecto sobresaliente es el modo en que Budassi, cuya prosa suavemente irónica abunda en momentos felices –basta leer las páginas que dedica al espiritualista mediático Claudio María Domínguez–, imprime a los relatos una extraordinaria dinámica a través del uso de flashbacks, intercalaciones, digresiones y aun pequeñas infidencias autobiográficas: en el comienzo de un capítulo, y marcando así la distancia acaso insalvable que la separa de las mujeres con las que va a encontrarse, la autora lamenta que la hayan citado un sábado a la mañana. "Hubiera preferido otro día", confiesa con mundana pesadumbre. Este involucrarse de la cronista en el relato produce un atractivo contrapunto con sus entrevistadas, especialmente patético en el encuentro con la hermana Alicia, la monja de clausura que se comunica con el mundo exterior a través de rejas y que se ríe al recordar que de chica fantaseaba con casarse.
Lejos del encomio hagiográfico, Budassi sondea a las religiosas con evidente espíritu crítico y a veces con estupor, pero también con irreprochable respeto. Es de agradecer la certera discreción con que la autora aborda el tema de la sexualidad, por demás delicado en este contexto. Lo cierto es que para el lector curioso el libro no sólo resulta amenísimo sino que además contiene notables e imprevistas revelaciones. "Las monjas –se lee en la introducción– son un misterio construido muchas veces sobre la ignorancia y el rechazo, la idealización y el estereotipo". Mujeres de Dios investiga con lucidez ese misterio y lo vuelve más claro, más verdadero y, por eso mismo, más profundamente misterioso.

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