Son todos unos hipócritas (editando a Lamberti-Visitando Recovecos))

2009.
La señora de al lado dice que acá te sirven whisky, que ella viaja siempre, que los asientos son cómodos, que la azafata pobre, siempre encuentra a alguien curtiendo y es una falta de respeto, yo la otra vez vi una pareja y le fui a avisar. Habla mucho la señora, pero dice "perdón no te quiero interrumpir" porque es notable mi actitud sobreactuada de "quiero leer": Tengo enfrente de la cara, a la altura de los ojos -es incómodo, pero comunica bien la intención- la antología de "jóvenes narradores cordobeses".
(Yo sabía de la existencia de una empresa de omnibus evangelista que te lleva a Córdoba que pienso tomar la próxima vez que vaya. Ahora viajo porque me invitaron buena onda a presentar Los domingos son para dormir, allá)
-No, no quiero whisky, señora, gracias. Tómeselo usted si quiere, ningún problema- La señora ya hizo atestiguar a la azafata de que es cierto que ella misma fue quien denunció a la pareja que hacía la porquería en el primer asiento.


Yo nunca había ido a Córdoba y hacía cálculos de la distancia entre Bahía y esa ciudad. O como siempre, Bahía como referencia arrebesada con respecto a capital: "Córdoba queda más lejos que Bahía".

A Falco lo había leído, tuvo la generosidad de
editar El pelo de la Virgen en Los Simples de Tamarisco, o sea, que lo habíamos también editado y además de buen escritor me pareció un tipo genial.
A editores que respeto y admiro, como Alejo Carbonel (aunque él es entrerriano) y a Carlos Ferreyra, los conocía por sus catálogos -Alejo también escribe, había leído su poesía, antes editaba La Creciente, ahora Caballo Negro) y en un encuentro que organizó la editorial Recovecos acá)
Yo ya había leído la primera versión de El asesino de chanchos de Luciano Lamberti, algunos cuentos de David Voloj, y los de Pablo Natale, y me caían bien todos de haberlos leído; es buenísimo lo que hacen...ah, y a Cuqui (no encuentro la tapita de Kiki, super recomedable libro)también la había leído, me había encantado pero le había escrito antes de ir y ella no iba a estar ahí.

Y la señora antes de dormirse me advierte: "Tené cuidado con los cordobeses. Son todos unos hipócritas".
(continuará...)

3 comentarios:

Ramacciotti dijo...

Qué cosas esa señora deschavando nuestra idiosincracia!!

Igual, el hipócrita es un gimnasta de la mentira full time; ergo, el hipócrita es un mentor de la ficción diariamente. Todo buen hipócrita es potencialmente un buen escritor. Este ejército de nombres cordobeses son muy buenos escritores...¿ergo son buenos hipócritas? AH!! ja...

Fabio Martinez dijo...

falta que cuentes tu segunda noche en córdoba.
Cuándo volves?
Acá te extrañamos

Sonia dijo...

Qué dilema Ramacciotti! La verdad, es que no cosntaté lo que dijo la señora. Me parecieron todos adorables.

gracias por pasar por aquí, R!

Fabio: ¡Cómo olvidar esa fantástica noche, con asado incluido!
Tengo muchas ganas de volver, ¡yo también los extraño! Estoy llena de agradecimiento con todos!
Besos, Fabio!