Sabado aspirante a verdadera primavera, lavarropas, terraza con libro al sol, los broches tienen que tensar la ropa, al celular un correntino se llama Nestor, conduce un programa en radio La Red de Corrientes y me pregunta cosas sobre esas mujeres, todo muy simpático entre la educada dosis de morbo que se licua con un tono campechano que me acerca, pareciera que estuviera acá cuando aún trato de despertarme con el batallón lumínico de un café con leche cargado; el correntino me recuerda a un programa bahiense que iba por LU2 y esta al aire desde hace como mil años : "Bienvenidos".
Almorzar al sol hace muy bien.
En la fila de la caja de la librería, veo que nadie lleva libros: todos compran DVDs.
Con mis ejemplares de literatura argentina en la mano siento que hago una patriada y sé que exagero
pero igual se siente muy bien.
En casa de noche un sueño rompiendo esas vidrieras al grito de malditos falsos gurues new age o quizá de estúpidos cerdos imperialistas.
Almorzar al sol hace muy bien.
En la fila de la caja de la librería, veo que nadie lleva libros: todos compran DVDs.
Con mis ejemplares de literatura argentina en la mano siento que hago una patriada y sé que exagero
pero igual se siente muy bien.
En casa de noche un sueño rompiendo esas vidrieras al grito de malditos falsos gurues new age o quizá de estúpidos cerdos imperialistas.
2 comentarios:
Tengo recuerdos de una noche de verano en la cual, asomando la mitad de su cuerpo que salía desde la ventana de una pizzería, ventana que se encontraba debajo de un cartel grande y luminoso que decía -justamente- "Bienvenidos", Lorenzo Natali conversaba con una pareja que comía sentada en una de las mesas colocadas en la vereda. No se si esa pizzería sigue existiendo. Creo que se encontraba en Florida, casi a la altura de Whitcomb, frente a la entrada de Sportiva.
¿Verdaderamene viví eso? ¿O es una escena construida por mi imaginación con materiales percibidos previamente de manera inconexa?
quise decir: "verdaderamenem", se entiende.
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