tiene que ser real

Nuestros granaderos no terminan de representar una fuerza activa, enérgica, vinculada a la lucha. Generan fascinación, es cierto, pero más por su pose solemne, por su aura misteriosa de guardianes quietos: no sangran, no corren, no sudan, no pelean. Al menos esa es la imagen más usual: prolijos hasta la pose estatua, disciplinados hasta el estoicismo, no sucumben a provocaciones; ni siquiera reaccionan cuando un niño salta frente a ellos para verlos pestañear. Los granaderos remiten al glamour y no a la guerra. A la elegancia y no al barro. Al protocolo y no a la fiereza del momento límite que sólo puede medirse con la desesperada ansia de salvación, de la patria, del soldado, del compañero. El granadero es un muñequito de cuento para poner en la mesa de luz. Una reliquia pedestre, para mirar con nostalgia porque como los príncipes de los cuentos que se convierten en sapos, y viceversa, uno por momentos se los olvida, y piensa que ya no existen más.

No es una explicación sensata, ni una comparación válida para dudar, entonces, de que estos personajes sean de verdad. Pero igual, ¿están filmando una película? El nombre del archivo indica “Czech Republi”. Tierra lejana helada, de esas que dan para delirar y armar ampulosas escenas nacidas de la fantasía promovida por cierto tipo de ignorancia ¿Son reales? ¿A quién responde el hidalgo de caballo blanco? ¿Cómo el viento no logra voltear ese apelmazado plumón amarillo? ¿cómo no resbala esa pata elegante de caballo en esa nieve de pista de sky? ¿por qué parece a punto de batirse a espada con el enemigo y sin embargo, al fondo, los granaderos europeos del este hablan indiferentes, como quien charla en la fila del supermercado? ¿por qué caminan con desidia cuando su compañero, el hidalgo está a punto de pelear, probablemente, una batalla final? ¿La dorada armadura lo librará de qué tipo de arma fatal?¿será una lucha pareja, de espadas, de igual a igual? Esta imagen viene de lejos y está tan fuera de época, que yo quiero pensar que sí, por eso mismo, esta imagen tiene que ser real.


(texto que escribí para el suple de cultura de Tiempo Argentino, que no se va a publicar por motivos aburridos de contar)

2 comentarios:

Escribir es seducir dijo...

MUY BUEN TEXTO

SIEMPRE ME GUSTARON LOS GRANADEROS PERO NUNCA LOS ANALICÉ TANTO

SALUDOS

Sonia dijo...

Gracias querida! A mi siempre me llamaron también, la atención, las representaciones infantiles y las reconstrucciones de esos personajes, y de los héroes que los llamaban próceres, y de que después ves que esos tipitos que veias idealizados, de otra época, después trabajan, y tienen un sueldo, y representan cosas que encierran un montón de significados que retroalimentan la construcción de ese ser nacional, pero que son personas, etc, etc. En fin, gracias por leer ese texto que no da casi cuenta de nada, como esta respuesta, casi.
beso!